Algunas potentes e imprescindibles herramientas educativas que podemos utilizar en
estas aulas inclusivas son:
El aprendizaje cooperativo como manera de aprovechar plenamente la interacción
del alumno entre sí, procurando que todo él alcance los objetivos curriculares
al máximo de sus posibilidades y descubra que trabajando juntos consiguen más que
trabajando solos. Esto implica que se faciliten y mimen las redes de apoyo que se
crean dentro del aula ya que un alumno—profesor puede ser nuestro más eficaz colaborador
a la hora de explicar determinados conceptos a sus iguales.
Una buena relación afectiva del docente con el alumnado ya que, según
demuestran algunos estudios, la incidencia del comportamiento disruptivo o desinteresado
es menor en las aulas cuyo profesorado suele mostrar una serie de
características afectivas positivas (Barrios y García Mata: 2006).
El componente lúdico en el proceso de enseñanza-aprendizaje como excusa
ideal para crear un espacio de confianza, libertad y creatividad donde nuestro
alumnado juegue sin percatarse de que también aprende, simultáneamente. Además,
el juego «tiene un enorme potencial como herramienta que facilita el acercamiento,
conocimiento y enriquecimiento entre personas de diferentes culturas»
(García Marín C. Y Martínez Ten, A., 2004:14)
nn
Las lenguas maternas presentes en el aula como apoyo para el aprendizaje
del currículum puesto que «si esta sociedad es multilingüe, tendremos que dirigirnos
hacia un plurilingüismo funcional que nos permita la comunicación» (Tuts, M.
2007:42). Ello implica la práctica del currículum integrado ya que éste «puede
suponer un modo de superar la noción de lengua-asignatura que las lenguas
extranjeras tienen en nuestro sistema educativo» (Trujillo, F., 2007: 81).
En definitiva, la filosofía inclusiva no tiene que ser una meta final, sino una posición
de partida a partir de la cual, y en la práctica educativa cotidiana, busquemos permanentemente
estrategias para aprender y enseñar en estos estimulantes contextos
escolares multiculturales y plurilingües que tenemos la suerte de disfrutar.
1
«El monolingüismo sólo conduce a una competencia comunicativa reducida» (Tuts, M. 2007:49)
3
S
UGERENCIAS PARA GESTIONAR AULAS INCLUSIVAS
Apoyo dentro del aula
En todos los centros hay especialistas (pedagogía terapéutica, logopeda, apoyo
a inmigrantes, etc.) y profesorado de libre disposición (horario cero, tutores y
tutoras que salen cuando entran los especialistas en sus aulas,...) para impartir
apoyo especializado en el centro, y/o con el currículo al alumnado que lo necesite.
Generalmente, este profesorado saca al alumnado de sus aulas de referencia
para ayudarle en su proceso de aprendizaje, en un espacio distinto. Pero este
apoyo es más productivo si se imparte dentro del aula de referencia en connivencia
con el tutor o tutora y el resto del alumnado. Y es que, además de poder
ayudar de forma individualizada a todo el alumnado que lo necesite (no solamente
al que hemos catalogado como susceptible de necesitarlo), se pueden
organizar actividades para todo el grupo (preferentemente con componente
lúdico) en las que se trabajen elementos curriculares que la persona a cargo de
la tutoría considere oportuno reforzar.
También se puede dividir la clase en tres grupos (de 7 a 9 integrantes) y dividir
en tres partes la tarea a trabajar en esa sesión: dos de ellas serán trabajadas por
los dos profesores o profesoras presentes en el aula y la tercera se diseñará de
manera que el alumnado la pueda realizar de forma autónoma. Durante un tercio
de la sesión (20 minutos aproximadamente) cada profesor o profesora
explicará la parte de la que es responsable en un grupo mientras el tercer grupo
realizará de forma autónoma las actividades diseñadas al efecto. Al cabo de
20 minutos cada grupo cambiará de actividad y de responsable de la misma.
Y así hasta que los tres grupos hayan realizado las dos actividades monitorizadas
y la autónoma.
Grupos flexibles heterogéneos y rotatorios
Son factibles para trabajar con dos grupos del mismo nivel educativo. Básicamente
consiste en constituir tres grupos de alumnos y alumnas a partir de dos
grupos para trabajar con ellos durante varias sesiones a la semana coincidiendo
con la disponibilidad horaria del profesorado de apoyo. Es decir, se constituyen
tres grupos de los cuales dos se quedan en las respectivas aulas con sus correspondientes
tutores o tutoras y el tercer grupo se acomoda en otro espacio con
el profesor o profesora de apoyo. En estas sesiones se trabaja exactamente el
mismo contenido de la misma materia (normalmente Lenguaje) en los tres grupos
formados para esa sesión específica, aunque en el grupo atendido por el
profesorado de apoyo se intentará dar más ayuda para realizar correctamente
las actividades propuestas.
El alumnado que asista al tercer grupo será totalmente heterogéneo e irá rotando
en su asistencia, de manera que todo el alumnado de las dos tutorías asista
al mismo en varias sesiones.
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